Tu Vida y Las Misiones

[Autor: Víctor J. Cárdenas]

Muchas veces pensamos que para involucrarnos en misiones tenemos que haber escuchado una voz audible de Dios manifestada por medio de un relámpago en el cielo que nos tira al suelo y nos pone ciegos por días. Nuestra mente hace las cosas tan complicadas que nos aleja de algo tan importante para todos los que nos consideramos cristianos y que está en el corazón de Dios. La palabra Misiones nos lleva a un lugar no alcanzado, muy lejos de nuestra casa, cerrado al evangelio o a movimientos religiosos donde únicamente llegan personas especializadas en el dialecto usado en dichos lugares.

La palabra Misiones también nos puede traer a la mente los mártires que han dado su vida por el evangelio en un pueblo lejano; mutilados por nativos que no entendieron el mensaje de paz y pensaron que los misioneros eran sus enemigos. Esto es verdad, pero las Misiones no son tan complicadas como en veces lo podemos interpretar. Misiones es algo muy simple que podemos experimentar en el diario vivir. Misiones es igual a CONOCERLO Y DARLO A CONOCER. Nuestra meta como cristianos es la misma. Esta meta se puede vivir y ejercer de muchas maneras. No tenemos que hacerlo tan complicado e inalcanzable. Dios es un Dios práctico y simple, y de esta manera tenemos que aprender a conocerlo y darlo a conocer. Algunas maneras prácticas de este gran llamado son:

1. Tu casa, la Biblia dice que: "serás salvo tu y toda tu casa". Esta promesa se tiene que llevar acabo algún día. No te preocupes porque a algún familiar cercano no le está cayendo la onda y sigue en rumbos obscuros, perdido. Nosotros sólo tenemos que orar por ellos y siempre predicarles con nuestros hechos, no con palabras. Ellos verán la diferencia en ti y pronto vendrán a Dios.

2. Tu escuela o trabajo. El campo misionero más grande para cada cristiano es su escuela o trabajo. No tenemos que ir muy lejos para experimentar las misiones. Las misiones están mas cerca de lo que creemos. Te reto a que comiences a ser luz en tu escuela y compartir de Cristo a aquellos que no conocen de él.

3. Las misiones que se mudaron a casa. Vivimos en un mundo mezclado; en tu barrio, pueblo o ciudad puedes encontrar gente de todo el mundo y de todo tipo de creencias. Ya no tienes que ir a China para testificarle a un chino o a Rusia para hablarle de Dios a un ruso. O ir a un país musulmán para testificarle a un musulmán. Ellos ya viven en tu ciudad y necesitan escuchar del evangelio transformador de Jesucristo.

4. Viajes a corto plazo. Esto, en mi opinión, es una experiencia que todos deben vivir y que es transformadora. No sólo transformas las vidas que se alcancen por el trabajo que tú haces durante esa semana o días, sino que se transforma tu vida. Yo en lo particular tomo una o dos semanas del año y me voy a otro país con un grupo de amigos dónde preparamos una semana llena de actividades que consiste de visita a hospitales, orfanatos, lugares marginados, escuelas, plazas comerciales, aldeas no alcanzadas, etc. Acabo de llegar de Guatemala donde 28 personas jóvenes y adultos nos dedicamos a misiones por una semana y hace dos meses también estuve en Costa Rica con un grupo de unos 20. Estas experiencias nunca las podré olvidar y estarán en mí por el resto de mi vida.

5. Financiando Misioneros y Misiones. Mi esposa y yo hemos decidido salirnos del molde del diezmo. No quiere decir que no creemos en el diezmo. Más bien creemos en dar más del diezmo. En lo particular tengo metas financieras y también tengo mi presupuesto mensual. Mi meta es que en cada línea donde hay alguna obligación financiera de crédito, ésta se pueda pagar al 100% y así ser substituida por un misionero o ministerio. Nosotros estamos comprometidos a financiar las misiones y al día de hoy cada empresa que dirijo tiene un compromiso de dar para misiones. Mi presupuesto personal está ya enfocado a misiones en un 20%. Mi meta es que la mayoría llegue a misiones y la minoría sea obligación financiera.

6. Tu vida dada a Misiones 100%. Esta vida es una de las más privilegiadas del mundo pero quizás una de las menos apreciadas. Existen tantos anónimos valientes en la fe; que no se sabe de ellos ni se sabrá pero que son una parte muy especial del Reino de Dios. Yo conozco a muchos, y a algunos de ellos muy de cerca; a cada uno lo hemos aprendido a amar y honrar.

No hay que hacer las cosas tan complicadas cuando se habla de misiones. Todos podemos ser parte de esta vida tan bonita de CONOCERLO Y DARLO A CONOCER. Te reto a que te conviertas en un misionero comprometido. La Biblia dice: "Pídeme que te de las naciones como herencia y hasta el último rincón del mundo en propiedad, y yo te los daré" (Salmo 2:.