El Cordero de Dios

San Juan 1.29-34

ORA
Señor ayúdame a valorar y recordar siempre, que el sacrificio de tu Hijo en
la cruz hizo posible el perdón de mis pecados.

MEDITA
¿Has escuchado el dicho: Te lo digo a ti Juan, entiéndelo tú, Pedro? Bueno,
debes considerar que cuando tú lees la Biblia necesitas comprender que
originalmente su mensaje se dio a judíos y griegos, por eso es que las figuras que
se usan eran bien comprendidas por los primeros lectores. Sin embargo, el
mensaje es tan aplicable para los judíos y griegos de esa época como para
nosotros, que vivimos en el siglo XXI.

En este pasaje vemos que para un judío era fácil, al pasar por el templo,
observar la gran cantidad de corderos que eran ofrecidos como sustitutos por el
pecado de ellos. Pero Juan empieza su anuncio, ya eso va a terminar, porque el
que verdaderamente puede perdonar y quitar los pecados de la humanidad está
aquí, en medio nuestro: Jesucristo. Pero además de perdonar los pecados Él nos
va a sumergir en el Espíritu Santo. Ese es el anuncio que más adelante será
explicado, no estamos solos, tenemos un amigo y consolador: el Espíritu Santo.
Lo más importante de este evangelio es que no se basa en fuentes
indirectas, sino en testigos de los hechos de la vida de Jesús. Y yo le vi, y he
dado testimonio de que este es el Hijo de Dios (v.34) [Juan].

Y de nuevo algo muy importante que debes considerar cada vez que te
acerques a la Biblia: su historicidad y temporalidad. Las cosas sucedieron. En
Betábara, al otro lado del Jordán donde Juan estaba bautizando (v. 28).
¿Qué quiere decir esto? Que todo lo que sucedió en Betábara, hace casi 2000
años, fue real, pero también está sucediendo hoy día. Aquel Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo, es tan real para nosotros como lo fue para la gente de
aquella época. Pero así como muchos no lo entendieron, en la actualidad también
hay muchos que no lo entienden o no lo quieren creer.

La Biblia no es sólo hechos históricos que alguien nos relató, son hechos que
más de uno los hemos visto en nuestra propia vida. Porque así como Jesucristo
estuvo en medio del pueblo judío, sigue estando en medio de nosotros el día de
hoy.

“Te lo digo a ti Juan, entiéndelo tú, ______________.

APLICA
Si nunca has pedido al Cordero de Dios que perdone tus pecados, por qué no
hacerlo ahora. Si ya eres un creyente, durante esta semana habla al menos a uno
de tus amigos o amigas de ese Cordero de Dios que perdona nuestros pecados.

ORA
Gracias Señor porque sólo el sacrificio de Jesucristo en la cruz como el Cordero
pudo limpiar mis pecados. Amén.

RECUERDA
Jesús es el Cordero de Dios, y desea quitar tu pecado”.